La dieta mediterránea es una de las que más se adaptan a los objetivos que debe cumplir una dieta equilibrada y variada.
Su descubrimiento como dieta saludable se realizó a partir de estudios nutricionales en Grecia donde se detectó una incidencia de arteriosclerosis, enfermedades cardiovasculares y enfermedades degenerativas inferior a la media, y una mayor esperanza de vida.
Un estudio epidemiológico posterior (“Estudio de los siete países” dirigido por Ancel Keys) que incluía países mediterráneos y no mediterráneos mostró una clara relación entre las características de la dieta y la salud de su población.
Los países mediterráneos tenían en común una dieta en la que predominan los alimentos obtenidos de los cultivos tradicionales de esta zona geográfica: el trigo, el olivo y la vid.
Está basada principalmente en el consumo de alimentos de origen vegetal, utilizando con moderación los alimentos de origen animal:
- El pan y la pasta constituyen la principal fuente de hidratos de carbono.
- El aceite de oliva es la principal fuente de grasa (grasas monoinsaturadas).
- El vino en cantidades moderadas durante las comidas.
- Las hortalizas, las frutas, los frutos secos y las legumbres aportan a esta dieta gran cantidad de fibra y antioxidantes.
- El pescado, las aves de corral, los productos lácteos y los huevos son la principal fuente de proteínas y, en menor medida, se consumen carnes rojas y grasas animales (grasas saturadas).
El estudio demostró que un consumo bajo de grasa saturada y mayor de monoinsaturada (aceite de oliva) y poliinsaturada (pescado) se asociaba a una menor frecuencia de enfermedades coronarias y de mortalidad debido a estas patologías. Posteriormente se vio que la dieta mediterránea, además, aporta gran cantidad de antioxidantes que protegen del envejecimiento celular y la carcinogénesis.
Basándose en las proporciones de nutrientes que constituían la dieta mediterránea, se creó la pirámide alimentaria, gráfico que muestra el tipo y cantidad de alimentos que deben consumirse y que puede adaptarse a cada país o región manteniendo un esquema general con la proporción de nutrientes que deben consumirse.