CONOCE CÓMO ESTÁ TU PIEL : SDS (SKIN DIAGNOSTIC SYSTEM)
Cuando hablamos de órganos siempre pensamos en corazón, pulmones, ojos, cerebro, etc. y sin embargo, es la minoría de nosotros quien piensa en el órgano más grande que tenemos y lo nombra: la piel (del latín pellis).
Y sí, además de ser un órgano, y de ser el órgano más grande del cuerpo humano, -llegando a tener un peso medio de unos cinco kilogramos y midiendo aproximadamente dos metros cuadrados de área con un espesor de entre, según la parte del cuerpo, medio milímetro y cuatro milímetros- cumple la función de recubrir al organismo salvaguardándolo de la exposición a las inclemencias de la naturaleza; actúa como defensa contra los rayos ultravioleta que pueden dañar las propias células de la piel al poseer un pigmento químico, la melanina, que además de dar color a la piel, actúa contra las bacterias -pues contiene secreciones capaces de destruirlas- o contra sustancias químicas.
Otra función vital de la piel es la regulación de la temperatura a través de mecanismos de retroalimentación neural, que operan principalmente a través del hipotálamo. Así, la sudoración comienza exactamente al alcanzar la temperatura de la piel los 37°C, aumentando a medida que la temperatura de la piel se eleva. Si la temperatura de la piel cae por debajo de 37°C, se desencadenan una serie de respuestas para conservar el calor en el cuerpo:
· Vasoconstricción para disminuir el flujo de calor a la piel.
· Cese de la sudoración.
· Temblor para aumentar la producción de calor en los músculos.
· Secreción de noradrenalina, adrenalina y tiroxina para aumentar la producción de calor.
· La erección de los pelos y la piel para aumentar el aislamiento.
La piel está constituida por tres capas:
· La Epidermis: la externa o visible y que actúa como una pantalla, formada por componentes como la queratina y la melanina (el pigmento que concede el color a la piel). Dentro de la epidermis es posible distinguir entre varios estratos, como, el córneo, el lúcido, el granuloso, el espinoso y el germinativo.
· La dermis es la capa de la piel que está debajo de la epidermis. Con un grosor hasta treinta veces mayor que la epidermis, supone una segunda línea defensiva contra los traumatismos. La estructura de la dermis permite distinguir entre dos capas: la dermis superior o papilar, y la dermis profunda o reticular.
· La hipodermis, por último, es el estrato subcutáneo que aparece a continuación de la dermis formado por fibras conjuntivas laxas y elásticas y adipocitos.
Clásicamente se definen cuatro tipos de piel: Normal, mixta, seca y grasa; y en algunas clasificaciones se añade un quinto tipo: la piel sensible, aunque cualquiera de los tipos básicos puede presentar esta cualidad.
Un profesional experto puede determinar mediante un análisis visual del rostro, ante qué tipo de piel se encuentra, pero le resulta imposible ir más allá de esta observación profesional, pues el estado real de esa piel y sus necesidades cambian permanentemente , existiendo muchos factores que alteran su equilibrio: cambios de estación, climáticos, geográficos, ansiedad, estrés, estilo de vida, etc.
Para obtener esos detalles microscópicos, que el ojo humano no aprecia a simple vista por muy experimentado que esté, las últimas tecnologías nos han provisto de innovadores sistemas de diagnóstico cutáneo por imagen o SDS (Skin Diagnostic System), no invasivos y con una alta definición, que nos permiten realizar un estudio completo y cuantificar parámetros que influyen en el aspecto de la piel in situ.
Los principales parámetros que se determinan son:
– Estructura de la piel: Refleja su consistencia, nutrición y el estado de las fibras elásticas y de colágeno.
– Nivel de grasa (sebo): Se valora el nivel de grasa y el estado de la película hidrolipídica.
– Exfoliación: Estado normal o excesivo de queratinización de la piel.
– Tamaño del poro: Grado de dilatación.
– Arrugas: Presencia y profundidad de acuerdo con la edad.
– Venas: Presencia o no de vasos sanguíneos superficiales dilatados.
– Pigmentación: Piel de coloración uniforme o presencia de manchas.
– Nivel de hidratación: El grado de hidratación disminuye con la edad y los cambios hormonales.
Los valores obtenidos se comparan con los valores ideales de cada uno de los parámetros estudiados, obteniendo así un diagnóstico del estado real de la piel en función de la edad.
El informe global nos permite establecer las necesidades personales de forma objetiva, adaptando las pautas de tratamiento tanto en cabina como domiciliarias a la situación específica en cada caso, optimizando de este modo la eficacia de los productos utilizados.
Además, la realización de análisis periódicos posteriores nos ayuda a evaluar la efectividad de los tratamientos de mantenimiento pudiendo modificarlos o adaptarlos de forma más precisa e individualizada para el cuidado integral de la piel.