La hiperhidrosis es un exceso de sudoración superior al normal. Puede afectar a toda la superficie corporal o estar localizada, por ejemplo en axilas, palmas de las manos o plantas de los pies.
No existe una cura para este trastorno pero sí medidas que pueden ayudar a reducirla, como la toxina botulínica tipo A que actúa produciendo un bloqueo selectivo de las glándulas sudoríparas con lo que se consigue disminuir la secreción de sudor en las zonas donde se inyecta sin efectos secundarios.
El tratamiento consiste en la aplicación de microinyecciones en la zona afectada, dura unos diez, quince minutos y el paciente puede hacer vida normal después del mismo, comenzando a notar una disminución en la sudoración, casi total, a los pocos días de su realización.
El efecto de la toxina es temporal por lo que su aplicación debe repetirse al cabo de unos seis u ocho meses.
El grado de satisfacción del paciente es elevado ya que mejora de forma importante su calidad de vida.